miércoles, 25 de febrero de 2009

El niño salvaje de Aveyron

"Un niño de unos once o doce años, que tiempo atrás había sido avistado completamente desnudo por los bosques de La Caune a la búsqueda de bellotas y raíces de las que se alimentaba, fue descubierto hacia finales de 1899 por unos cazadores. Todos en París esperaban asombrarse con las reacciones del muchacho y consideraban que en pocos meses le escucharían la narración de su vida pasada. Y ¿ qué se vio en lugar de esto? Una criatura presa de movimientos espasmódicos y a ratos convulsivos, que se agitaba de una parte a otra en un incesante balanceo, que mordía y arañaba a cuantos hacían por atenderla, ajena a todo, incapaz de detener su atención en cosa alguna.
Privado de discernimiento, negado a la memoria... su existencia quedaba reducida a una vida puramente animal."


J. Malson-Itard: Los niños selváticos. Memoria sobre Víctor de l'Aveyron. Madrid, Alianza.

martes, 17 de febrero de 2009

Círculo cartesiano



Esta estratagema lógica llamada también "Circulus in demostrando" consiste en utilizar en la premisa lo que pretendemos concluir. Veamos un ejemplo:

Dios existe porque la Biblia lo dice; y la Bilia dice la verdad, porque es palabra de Dios.

Recordad que en el autor que nos ocupa, Dios es la garantía de que tengamos ideas claras y distintas ("verdaderas") y en Dios creemos porque lo percibimos con claridad y distinción. Aquí tenéis un enlace interesante.

En cuanto a la paradoja de la tarjeta o el folio, el matemático P. E. B Jourdain la formula así:

"La frase escrita en la otra cara de esta tarjeta es verdadera".

Y del otro lado dirá:

"La frase escrita en la otra cara de esta tarjeta es falsa".

Y para acabar, una paradoja aparecida en el Quijote, en el capítulo LI de la Segunda Parte, cuando Sancho ha sido nombrado gobernador de la ínsula Barataria:

"Un caudaloso río dividía dos términos de un mismo señorío. Sobre este río estaba un puente. Al cabo del puente una horca y una casa de audiencia en la que había cuatro jueces que juzgaban la ley que puso el dueño del río, del puente y del señorío, y que decía así: «Si alguno pasare por este puente de una parte a otra, ha de jurar primero adónde y a qué va; y si jurare verdad, déjenle pasar; y si dijere mentira, muera en la horca puesta al otro lado». Todo transcurría según lo previsto, hasta que tomando juramento a un hombre, juró y dijo que iba a morir en la horca que allí estaba.

Los jueces repararon en el juramento de aquel hombre, y dijeron: «Si dejamos pasar libremente a este hombre, mintió en su juramento, y, conforme a la ley, debe morir, y si le ahorcamos, como juró que iba a morir en aquella horca, habiendo jurado verdad, por la misma ley debe ser libre."


¿ Que creéis que le ocurrió a este hombre?

jueves, 5 de febrero de 2009

Laberinto: de Descartes a Bacon.



Han estrenado en el Teatro Español en Madrid la obra de teatro El encuentro de Descartes con Pascal joven, que inventa lo que pudieron dialogar el 24 de septiembre de 1647 en el Convento de los Mínimos de París dos de los filósofos con mayor talento matemático de toda la historia el único día en que coincidieron. Nunca antes habían hablado ni volvieron a hablar, ni tan siquiera se escribieron. Descartes mantenía correspondencia con muy importantes personajes de la época como la reina Cristina de Suecia, una mujer culta e inteligente que ofreció su mecenazgo a Descartes, quien en 1649 acepta su invitación de viajar a Estocolmo donde moriría el filósofo cinco meses después el 11 de febrero de 1650. Por esos días, Velázquez pintaba un retrato del Papa Inocencio X en Roma, con un parecido tal que el propio Pontífice lo tacha de "demasiado verdadero".

En 1654, el mismo año de su abdicación a la corona, Cristina regala un cuadro de Durero al rey de España Felipe IV: Adán y Eva, una de las obras maestras del Museo del Prado. La puerta del Prado está presidida por una estatua de Velázquez que nos vigila al adentrarnos en su territorio. La Nochebuena de 1654 fallece en Roma Inocencio X, quien unos días atrás había certificado de su puño y letra la bienvenida a la fe católica de la Reina Cristina de Suecia.

El pintor Francis Bacon se declaraba admirador de Velázquez, Goya y Picasso, y visitaba España con frecuencia para contemplarlos en el Prado a puerta cerrada. En una de esas visitas en 1992 le sorprendió la muerte en Madrid, se dice que sin haber visto nunca en vivo el retrato de Inocencio X de Velázquez expuesto en Roma por el pánico que le producía. Aún así, quiso exorcizar su miedo en cada uno de los 50 cuadros y bocetos que le dedicó.

¿ Por dónde íbamos?