jueves, 27 de octubre de 2011

Platón, cine, caverna


El mismo acto de ver una película en el cine tiene algo de cavernario: la condena a no poder mirar hacia atrás, la aceptación siquiera por un par de horas de un mundo proyectado sobre la pared, el deslumbramiento que nos produce la realidad al abandonar la caverna regresando a esa realidad que el alma recordaba, la pasividad del esclavo.



Las dos películas tópicas para hablar de la caverna son El show de Truman y Matrix. El vídeo fue incluido en una entrada de hace tres años, pero antes de que os lancéis a ver Matrix una vez más, quisiera recordar las palabras de Alicia antes de conocer esa otra dimensión de lo real:

"En mi mundo todo sería lo que no es, y entonces -al revés- todo lo que es, no sería y lo que no podría ser sí sería ¿entiendes?"

El gatito de Alicia no parece estar en la onda. A este otro mundo se accede por una madriguera por la que cae Alicia a una caverna ("por curiosa" como ella misma afirma). Tras este parmenídeo comienzo de la historia, dudamos entre una simple broma lógica o la antesala de un proyecto político ("mi país de ilusión"). En cualquier caso, una cinta sugerente y digna de verse.


No hay comentarios: