martes, 26 de enero de 2010

Un volcán

Friedrich Hölderlin, el poeta más influyente del romanticismo alemán y amigo de juventud de Hegel y Schelling , enloqueció y vivió los últimos treinta y seis años de su vida en una torre junto al río Neckar, propiedad de un carpintero que admiraba los versos del autor de Hiperión. Antes de perder la razón había esbozado una tragedia titulada La muerte de Empédocles, en la que reconstruye la existencia de Empédocles momentos ante de su muerte legendaria:


Allí escucharás las liras solemnes
de Urania y la variedad de sus notas.
Allí muchas cosas se te revelarán claras y grandes:
Que nosotros, mortales, a nuestros ojos
solo somos signos e imágenes;
nunca lo lamentarás amigo mío.
Allí te abrirán el libro del destino.
¡Ve! ¡No temas  nada! Todo retorna,
y lo que ha de ocurrir ya se ha cumplido.

El filósofo griego, que defiende la existencia de cuatro elementos primordiales y las fuerzas del Amor y el Odio que los unen y separan, se lanzó al volcán Etna en erupción para tener una muerte digna de un dios.
El Etna también es el escenario donde está grabado el video para esta canción y que, como todos los volcanes, tiene parte de la fuerza incontrolada de la naturaleza pero también del mito que acerca de ellos crean los hombres; ahí incluiríamos la leyenda de Empédocles que tanto fascinara a Hölderlin.


Violet Hill


Was a long and dark December
From the rooftops i remember
There was snow
White snow...



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